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dimanche 2 décembre 2007

Bienvenido entre los Humanos - ¿Es normal la angustia?


UN MIEDO SANO

El miedo es una emoción básica, necesaria a nuestra supervivencia. Es él que evalua en un décimo de segundos el peligro que corremos y nos dicta hacernos a un lado si un coche pudiera atropellarnos. Es él que nos vuelve prudentes y nos evita ponernos en situaciones en las cuales podríamos ser matados. Nos protege de lo que nos amenaza y constituye una parte esencial de nuestro instinto de supervivencia.

Siendo la salvaguardia de nuestra existencia, desarolla nuestras cualidades de atención y de discernimiento. Imaginemos que tuviésemos que avanzar en la oscuridad en un lugar que no conocemos: todo nuestro cuerpo estaría en alerta y sensible al menor ruido. El miedo moviliza nuestros recursos para enfrentarnos a una eventual adversidad. Organiza nuestra protección y elige en un guiño la actitud más adaptada.

Funcionamos de manera similar frente a peligros más psicológicos, como el riesgo de parecer ridículo, de ser criticado, de sentirnos mal. En estos casos también, el miedo nos da recursos increibles: la réplica viva, el sentido del humor, imaginación, creatividad...

ANGUSTIA Y ANSIEDAD

Sin embargo, a veces, la imaginación amplifica la realidad y tememos a acontecimientos que tienen poca probabilidad de producirse o que no justifican tal reacción. También se puede tener miedo sin saber porqué.

Al ser así, ya no hablamos de miedo pero de ansiedad o angustia (la ansiedad siendo una leve angustia). Decimos, en psicología, que la angustia y la ansiedad son miedos sin objeto.
Cuando una persona se siente angustiada muy a menudo o casi permanentemente, se trata de una neurosis de angustia y sería razonable consultar a un especialista. Cuando la angustia es muy fuerte y se traduce por manifestaciones extremas como una incapacidad a expresarse, temblores, taquicardia, sentimiento desesperado de infelicidad, ataques de pánico, también hay que consultar.

Las 5 realidades angustiosas.

La angustia no es únicamente una neurosis. También es un fenómeno humano normal. El mundo es incomprensible y peligroso. El ser humano es frágil. Se siente a menudo dramaticamente solo, limitado, decepcionante y debe hacer elecciones cuyas consecuencias pueden ser graves.

El hombre tiene inteligencia, conciencia y conocimiento. Lo paga caro: el precio es la angustia. Tenemos conciencia de realidades inevitables que son desagradables, que nos hacen vulnerables y miserables.

En última análisis, nos encontramos con cinco realidades inevitables a las cuales nos tropezamos constantemente. Llamanos estas raíces a nuestras angustias : los 5 apremios existenciales. Son la muerte, la soledad, la responsabilidad, lo absurdo, la imperfección. Vamos a examinarlos uno tras otro, observándoles fuera de toda enseñanza, fé, filosofía, religión.

La muerte

Que lo queramos o no, tendremos que morir. Muy jóvenes, estamos enfrentados a la muerte, a la muerte de animales, por ejemplo, pero también a la muerte de relaciones, al final de los momentos buenos, a la desaparición de cosas que queremos. Somos hechos de tal manera que soportamos dificilmente que lo que poseemos nos sea quitado. Las pérdidas, los duelos son dolorosos y angustiosos.

Algunas personas creen no temer la muerte: toman riesgos : son aventureros, toreadores, trapecistas o conducen como locos etc...Muchas veces, el supuesto valiente pone mucha energía en darse la ilusión de ser más fuerte que la muerte. Los niños hacen lo mismo cuando se identifican a personajes invencibles(Zorro, Superman...). Si nuestra sociedad desvalora la vejez, es porque nos pone en contacto con la insoportable muerte.

La soledad

Hay muchas maneras de darse la ilusión de no estar solos. Para no sentirse solos, algunas personas multiplican los encuentros, se rodean de mucha familia, hacen niños, toman animales, tienen la tele funcionando en permanencia, van al bar, a las discotecas...

A pesar de todo, podemos sentirnos solos en la muchedumbre, solos en familia, solos en pareja. Todos conocemos este sentimiento de estar cortados de los otros, de no ser queridos. Muchas veces también somos solos con nosotros mismos, cortados de quién somos y de lo que realmente deseamos.

La soledad existencial es la que perdura a pesar de relaciones satisfactorias. Es un zanja imposible de colmar entre sí mismo y el resto del mundo. Fundamentalmente, estamos solos cara a cara con nuestras emociones, con nuestro sufrimiento. Nuestro nacimiento y nuestra muerte, aunque acompañadas, son las experiencia más solitarias que tenemos que vivir.

La responsabilidad

Somos responsables porque somos libres. Claro, se trata de una libertad limitada por nuestras posibilidades físicas, intelectuales, sociales, por nuestras convicciones, nuestra educación. A cada momento de nuestra existencia, hacemos elecciones, pequeñas y grandes. Algunas pueden cambiar nuestro porvenir y el porvenir de otros. Somos responsables de cada una de nuestras elecciones. Esta libertad genera angustia. Tomamos el riesgo de consecuencias graves, el riesgo de equivocarnos, de fallar, de sentirnos culpables. Tan difícil es asumir su responsabilidad que mucha gente trata de culpar a otros:

“ es la culpa de los padres, de la pareja, del médico, de los vecinos...” Otras maneras utilizadas para huir sus responsabilidades es volverse dependiente de alguién o hacer “como todo el mundo”. Así, evitando elejir, creen reducir el riesgo de sentirse culpables.
Lo absurdo

El hombre necesita ideales. Necesita comprender, saber donde va, poder prever. Ahora bien, somos totalmente ignorantes de la razón por la cual vivimos en esta roca llamada “tierra” que vuelta a una velocidad tremenda alrededor del sol, siendo el mismo lanzado a toda marcha en un universo cuyas dimenciones son inimaginables. Ni las filosofías, ni las religiones, ni la ciencia han podido darnos una respuesta satisfactoria a la cuestion del sentido cósmico de la vida.

Respecto al sentido terrestre: “¿para qué vivimos, para qué sirve? ¿Venimos aquí para mejorarnos de encarnación en encarnación?, ¿Solo tenemos una vida para ganarnos la felicidad para siempre o quemar en infierno?, ¿tenemos una alma eterna que después de la muerte del cuerpo sigue trabajando en otros mundos?”

Es posible que la vida tenga un sentido. La verdad es que nadie lo conoce. Vivir en un mundo del cual no se sabe el sentido o la coherencia provoca una angustia comprensible. Creer en una teoría religiosa o filosófica es un apuesto, una fe, pero la mayoría de las veces, subsiste la duda y la angustia.

La imperfección

Desde mi nacimiento, me doy cuenta que el mundo es imperfecto. Paso sed, hambre, frío. Mis lloros y mis gritos no siempre me permiten obtener lo que necesito. Me doy cuenta que las personas son imperfectas. Me decepcionan: no son tan disponibles, tan pacientes y tan buenas como lo quisiera.

Crezco y me doy cuenta de algo peor : no soy perfecto y los otros me lo reprochan: “eso no está bién, cállate, no hagas esto, no hagas lo otro...” De verdad que soy imperfecto y muy limitado. No puedo hacerlo todo. No soy omnipotente. No soy el héroe de mis sueños. Decepciono mis propias esperanzas. No puedo confiar en mi mismo. Me siento terriblemente perdido y angustiado.

A veces los otros me parecen más fuertes que yo y siento celos y vergüenza. Puede ocurir que niegue estas emociones y que pretenda saberlo todo y ser el mejor. Intento demostrar mi perfección para no estar tan frustrado.

BIENVENIDO ENTRE LOS HUMANOS

A lo largo de su existencia, el hombre suele enfrentase a estas realidades, lo que le provoca un sentimiento de vacío y de desesperacíon. Es lo que hay. Negarlo sería mentir. Por varias razones, algunas personas son más sensibles que otras.

Se pueden aliviar estas angustias, aprender a manejarlas mejor y utilizarlas de manera constructiva. Habría muchísimas cosas que decir y no puedo abrir tal capítulo ahora que estoy concluiendo este artículo.

De momento, terminaré con este mensaje:

Cuando vivirás momentos de angustia, sepas que no eres anormal o maldito y trata de oir una voz amiga que te dice: “bienvenido entre los humanos”.

De la Psicoterapia

La psicoterapia es mi trabajo y mi pasión. Constantemente, mi atención está atraida por lo que, de cerca o de lejos, está relacionado con este tema.

Veo, en las calles, muchos anuncios para terapias, desarollo personal, prácticas espirituales. Escuelas, cada día más numerosas, forman terapeutas de todas diciplinas. Las revistas especializadas se multiplican. Las librerías desbordan de libros de psicología, auto-ayuda, espiritualidad. Hasta se encuentran estos libros en algunos supermercados. Los hay que han logrado ser “best-seller” mundiales. Se encuentran artículos sobre psicología en la mayoría de las revistas y diarios, hay emisoras sobre estos asuntos en radio y televisión. Se trata, evidentemente de un fenómeno de sociedad.

En paralelo, me doy cuenta de que la gente que no está metida en esto parece ignorar casi todo sobre el asunto. Los hay que confunden psicoterapia con fisioterapia. Algunas personas me preguntan si me dedico a hacer masajes y otras si se trata de una secta.

Quiero aprovechar la oportunidad que tengo aquí para aclarar algunas nociones. Empezaré por los tres “ PSI” que se distinguen del psicoterapeuta.

El psiquiatra es un médico especializado que trata la enfermedad mental. Hace un diagnóstico y receta medicamentos.

El psicólogo también está formado en la universidad. Se trata de una formación esencialmente teórica en una perspectiva de investigación, evaluación (balances, pruebas...) o acompañamiento de equipos.

El psicoanalista ayuda a la persona a descubrir su funcionamiento y a sacar a la luz los acontecimientos pasados responsables de trastornos.

El psicoterapeuta.

La facultad de medicina o de psicología no dispensa formación en psicoterapia. La psicoterapia es una diciplina distinta de la práctica de los profesionales arriba mencionados.

De momento, la formación de los psicoterapeutas se hace sobre todo en escuelas privadas. La Asociación Europea de Psicoterapia es uno de los organismos que garantizan la seriedad de esas escuelas. Para empezar una formación, es imprescindible haber alcanzado una maturidad personal(la edad media de los estudiantes es de 40 años), tener un nivel de estudios universitario o ser ya un profesional de la salud, y sobre todo haber hecho una larga psicoterapia personal.

La mayoría de los psicoterapeutas han llevado a cabo dos o más formaciones en distintos métodos de psicoterapia y están iniciados en una gran parte de las técnicas actuales. También llevan múchisimos años de psicoterapia personal.

¿Para quién?

La psicoterapia está dirigida a personas que sufren por vivir situaciones difíciles, como un duelo, una separación, conflictos, crisis..., a personas que se sienten deprimidas, desanimadas, estresadas, infelices..., a las que no saben que elegir o que sentido dar a su vida, a las que padecen dificultades de pareja, relacionales, sexuales, a las que tienen una auto-estima baja o que se dan cuenta de que algo les impide desarollar sus capacidades...

Hay que saber que hoy en día, no tenemos porqué resignarse a sufrir en silencio o buscar alivios momentáneos.

¿De qué manera?

Nosotros, psicoterapeutas, hemos aprendido a escuchar y a comprender más allá de las palabras pronunciadas, de manera a ir a la raíz del problema. Saber escuchar bién es una de nuestras cualidades. Los acontecimientos dolorosos de la existencia son “normales”: Esta tierra no es Disneylandia. Tus trastornos se deben a que, por mil razones, no pudiste expresar tus emociones y que, por otras mil razones, no te fué posible sentirte comprendido.

Las psicoterapias personales a las que se someten los psicoterapeutas es lo que más les sirve para ayudarte. El conocernos bién te garantiza que seremos capaces de hacer la diferencia entre lo que nosotros haríamos en tu situación y lo que tú, podrías hacer. Hemos aprendido por nuestra experiencia que cada persona lleva en sí mismo sus propias respuestas y te podemos ayudar a encontrarlas, integrando tus valores.

Hemos experimentado en nuestro cuerpo los momentos en los cuales interviene el cambio. Los hemos vivido en conciencia y dándoles sentido. Conocemos estos sorprendentes claros, a veces fulminantes, que intervienen al salir de un período de depresión. Conocemos esta salida de la rabia por una distanciación inmediata o por un arrebato de sentimientos de amor. Conocemos estos momentos en los cuales un mar de lágrimas viene limpiar el rencor e instalar la aceptación.

Hay que haber vivido esto en su corazón y en su alma para poder percibir las primicias en el otro y saber qué decir y hacer para estimular el desarrollo del proceso. Somos estimuladores y acompañadores del cambio.

Una apertura humanista y espiritual.

Resulta claro para nosotros que no tratamos enfermedades de la mente o de los nervios pero enfermedades del alma y del corazón.

La tendencia de la psicoterapia actual parece dirigirse hacia una psicoterapia espiritual. El interés por las filosofías orientales, que tienen un objetivo espiritual, refuerza esta tendencia.
Comprenderse a si mismo conduce a aceptarse y a amarse. Cuando uno abre su corazón, se abre también a los otros y a la vida.

En una psicoterapia, siempre viene planteada la cuestión del sentido que uno quiere dar a su vida. Mi experiencia me ha enseñado que, la mayoría de las veces, la respuesta se encuentra en dos direcciones. La primera es ser capaz de aprovechar su vida, siendo feliz. Aunque este objetivo pueda parecer egoísta, conduce a darse cuenta profundamente de la fantástica oportunidad que representa la vida y a admirar sus manifestaciones. La segunda dirección es tener un ideal que pueda dar un sentimiento de plenitud. Ese ideal debe dirigirse hacia los otros y evidentemente, se trata de una actitud de generosidad y de apertura del corazón.

Al trabajar sobre nuestras emociones, nos damos cuenta de que no somos nuestras emociones. La rabia, la tristeza, el miedo nos invaden, pero no somos rabia, tristeza, miedo. Más allá de las emociones existe, en el fondo de nosotros, un ser de paz y luz, un ser que es uno con la naturaleza, el mundo, el cosmos...

Al ver la abundancia de actividades relacionadas con la psicología y la espiritualidad, se podría pensar que la espiritualidad se ha juntado con la marea de los bienes de consumo. No es del todo falso. Pero por otra parte, la espiritualidad compensa el consumismo. La publicidad nos propone cada vez más bienes materiales y despierta en nosotros deseos cuya satisfacción despierta otros deseos, dejándonos cada vez más insatisfechos y frustrados.

Qué milagro que esta sociedad materialista re-descubra lo que había olvidado : que para nuestra felicidad, nuestro mejor capital son nuestros valores espirituales!...

Comunicación y Conciencia

En este siglo de la comunicación tecnológica, seguimos comunicando en nuestras relaciones de manera defectuosa. Gritamos en lugar de expresarnos, nos callamos en lugar de explicarnos, intentamos parecer amables más que ser sinceros o contestamos a confidencias con críticas o consejos...

Para aprender a comunicarse mejor, existen, hoy en día muchísimos métodos. Entre los más famosos, los de Rogers, Gordon, Rosenberg. Los que realmente son eficaces son los que consideran la comunicación como parte de la globalidad compleja del indivíduo y del grupo.
SABER ESCUCHAR

A veces, las conversaciones se resumen en un combate para apoderarse de los oidos de los otros: varias personas hablan al mismo tiempo, el que no dice nada parece escuchar pero en realidad está preparando lo que va a decir en cuanto pueda.

La primera condición para una buena comunicación es saber escuchar: estar disponible, totalmente en el presente, en una apertura calma y neutral. Se trata de hacer el vacío en sí, de hacer callar todas las voces al interior de sí mismo.

DE INCONSCIENTE A INCONSCIENTE
El tono de nuestra voz, su volúmen, su ritmo hablan más que las propias palabras. También habla todo nuestro cuerpo: nuestras actitudes, gestos, micro-gestos, parpádeos, tensiones, cambio de color de la piel...
Nuestra excitación, nuestros miedos, rechazos, inseguridades...todo este lenguage no-verbal está percibido por nuestros interlocutores, a veces de manera consciente pero también inconsciente.
La comunicación interpersonal es sobre todo un lenguage de inconsciente a inconsciente. Comunicas al otro lo que a veces no ha llegado a tu consciencia. Cuando el mensaje no-verbal es diferente del mensaje verbal, se puede engañar el consciente del interlocutor pero engañar su inconsciente es casi imposible. El inconsciente es clarividente.
Si de tus labios salen palabras amables pero que tus pensamientos son malintencionados, no te extrañes si te decepcionan tus relaciones. Cuando te presentas a una entrevista de trabajo, aunque sabes que eres capaz de cumplir, si tu auto estima es baja y tu inconsciente te hace dudar sin razón aparente, es probable que no te elijan.
“No mentirás” no es un mandamiento pero una profunda verdad.
Como psicoterapeuta, sé muy bien que lo que nos perturba no es tanto lo que se dice sino lo que no se dice, incluiendo las disimulaciones y los secretos de familia. También sé que para realmente descubrir lo que llevamos escondido por dentro pero cuyos efectos negativos aparecen claramente, es preciso explorar en profundidad los sinuosos contornos del inconsciente.
COMUNICARTE DESDE EL CORAZÓN
El corazón significa el centro de tí, tus emociones, tu vulnerabilidad, tu verdad.
“comunicarte desde el corazón” supone no dejar que tu mental tome las riendas con sus miedos, sus críticas, su complacencia...
“desde el corazón” también significa “con amor” hacia tí y hacia el otro. Se trata de comprender lo que siente el otro y cuales son sus necesidades, de tener en cuenta que es un ser humano tan frágil como tú, que merece respecto, amor, cuidado. Se trata de interpretar lo que hace o dice con comprehensión y empatía. Si esta actitud no te sale naturalmente, puedes trabajar conscientemente ese objetivo. Es un trabajo que te conducirá a desarollar el ser de amor que existe dentro de tí.
“Uno cosecha lo que siembra.” Si tus palabra son acertadas pero tus intenciones manipuladoras, tarde o temprano, te manipularán.
Ser comprendido, aceptado, apreciado son necesidades del ser humano. Para cosechar consideración, debes dar consideración. Si quieres comunicarte mejor, el único camino es él del corazón. Si quieres ser feliz, es el mismo camino.
LA COMUNICACIÓN CON TIGO MISMO Y CON EL UNIVERSO
El mundo interno también puede padecer una mala comunicación conduciéndote a un estado de guerra interna con confusiones, rabias y frustraciones.
Conectándote con tigo mismo, puedes escuchar las voces en tí: la voz de tu niño interno, la de tu saboteador interior...Tratándolas a todas con respecto y amor, poco a poco podrás encontrar más paz.

Al lograr hacer el vacío en tí, al parar el continuo parloteo de tus voces internas, alcanzarás un estado de consciencia en el que podrás ingresar en la profundidad de tu ser. Más allá de tus emociones y pensamientos, hay, en tu interior, un lugar de absoluta sabiduría, conocimiento y potencia. Podríamos llamar este lugar “tu alma.” Tu alma conoce las respuestas a tus preguntas.
Los seres que emprenden el viaje hacia su alma se vuelven sensibles a los mensajes del universo. Todo lo que nos rodea nos habla: los árboles, las montañas, las flores...Los objetos quotidianos también hablan a los que están capaces de comunicarse con ellos.
Siendo consciente y valorando las coincidencias de la vida, se puede aprender a escuchar sus mensajes, a comprender sus significaciones.
A los que hacen el esfuerzo de desarollar la comunicación con su alma y el universo, se les ofrece el más extraordinario regalo : experimentar su vida como un milagro en constante desarollo.

El Adversario Interior

El trabajo sobre el adversario interior es un proceso de sanación psicólogico y espiritual de los más interesantes.

El adversario interior debe su nombre a Carl Gustav Jung. Sin embargo, el hombre no tuvo que esperar el psicoanálisis para reconocer en él una parte oscura, incluso diabólica. Él que no se escucha atentamente a si mismo no podrá nunca tener conciencia de este intruso nefasto que suele actuar en contra de sus intereses: el adversario sabe ocultarse y conoce el arte de disfrazarse..

Para desarojarle, hay que dedicarse a una real investigación. Un diálogo ininterrumpido tiene lugar en cada uno de nosotros. Dos o tres voces discuten sin parar en nuestra cabeza. Al no tener la costumbre de escuchar su diálogo interno, no se puede captar sino un parloteo incomprehensible o pensamientos confusos. Insistiendo, uno acaba por interceptar de vez en cuando algunas frases que vienen evidentemente del adversario.

El adversario interno es sobresaliente en el arte de la critica. Se dirige a nosotros como no nos atreveríamos a dirigirnos a nadie. Nos dice maldades. Es él que nos susurra que somos gordos, feos, estúpidos, que hemos actuado como tontos. Es él que nos predice toda clase de molestias. Es él que nos asegura que vamos a quedar mal. Es él que sabotea nuestro placer criticando. Es él que nos impide evolucionar, relajar, dormir, ser feliz...

Es cruel. Tiene la costumbre de desanimarnos cuando más necesitamos tener confianza en nosotros. Además, más son importantes nuestros proyectos, más se desencadena. Sabe atacarnos desde nuestro despertar con su lengua viperina. No podemos escaparle. Estamos encerados con él veinticuatro horas diarias. Puede ser excesivamente violento hasta la agresion física, hasta el asesinato, el suicidio.

El adversario interior está muy instalado y muy adaptado. Viene de muy lejos: de nuestro inconsciente personal, familial, colectivo. Se ha nutrido de todas las reacciones que no hemos tenido, de todas las emociones que no hemos podido expresar o concientizar.
Cuando el parásito se siente descubierto y vigilado, ya se calma un poco, pero está tan agarrado que hay que actuar habilmente.

La parabola del jinete que debe vencer el dragón para obtener la princesa representa el hombre (o la mujer) que debe vencer su dragon interior para merecer la serenidad.
Como torear el bicho.

El trabajo de Gestalt en el cuál se toma la palabra identificándose a personas ausentes o a partes de si-mismo es un instrumento adecuado. Permite liberar y expresar su diálogo interno.
Se trata de escuchar los diversos aspectos de este adversario, de darle forma, de cuadrarlo, de distinguir y animar las voces amigas para que se impongan , de reforzar sus aliados internos, de prever los ataques, de preparar estrategias...

Luego, cuando el enemigo empieza a ser un poco domesticado, podemos tener acceso a sus verdaderas intenciones y, a este momento, se produce como una media vuelta. De golpe, uno se da cuenta que es posible aceptarle, comprenderle, darle perdón y amor.

Este trabajo conduce a la serenidad. Lo que puede compensar los miedos, es el amor, la aceptacíón.

Solo podemos sentirnos bien cuando nos queremos a nososotros mismos. Eso significa cuando queremos todas las parte de nosotros. No es fácil pero tenemos que conseguir querer el adversario en nosotros (la sombra, la neurosis, la maldad, el diablo, el enemigo, el dragón, el torcionario...)

Cuando uno lo consigue, se siente unificado. Puede ir por la vida mimando en su seno su amigo interior, su adversario interior, su niño interior y otras partes de él mismo.. Es como si tuviera varios hijos necesitando tratamientos diferentes pero que hay que amar tanto el uno como el otro.

Grupo de Crecimiento

Destinado a personas interesadas en su desarrollo personal, que desean alcanzar sus objetivos, vivir de manera serena y positiva.

El grupo permite un trabajo muy profundo. Es un amplificdor que ayuda a tomar consciencia, a superar tus dificultade y a alcanzar tus metas.

Integramos diversos métodos: Gestalt, creatividad, constelaciones, expresión emocional, meditación, P.N.L., visualización creativa...

Modalidad: 1 sábado por mes de 10.30 h a 19.00 h

CADA UNO PAGA SEGÚN SUS POSIBILIDADES

samedi 1 décembre 2007

Perfil Profesional

Después de un recorrido personal en psicoanálisis, Antoinette Porcel Tobler se formó a las principales técnicas de psicoterápia actuales : Análisis Transaccional, Rebirthing, Clarificación, Bioenergía, PNL, Constelaciones, Arte-Terapia… y sobre todo en Terapia Gestalt. Master en P.N.L.,diplomada de tercer ciclo de la Escuela Parisina de Gestalt, practicó durante 10 años, la psicoterapia, el coaching y la enseñanza del desarrollo individual, en Suiza y Francia, en sesiones individuales y grupos.
Apasionada por las tradiciones esotéricas, Master en Astrología, sigue su propio camino espiritual que incorpora occidentalismo y orientalismo.
Gestalt psychotherapist. Graduate of the Parisian School of Gestalt. Master in P.N.L. Antoinette has been a professional actress. She first followed a nine year long psychoanlysis. Then, apart from Gestalt and P.N.L. she has been formed on initiated in the principal modern methods of psychotherapy: Transactionl Analysis, Rebirthing, Clarification, Bionergy, Constellations, Art-therapy... Sh is also passionate about esoteric traditions. Master in Astrology. She is fllowing her own spiritual path involving oriental and occidental ways.
Pshychoterapeute Gestaltiste. Diplomée de l'École Parisienne de Gestalt. Master en PNL. Antoinette fut actrice professionelle. Elle fit une psychanalyse de neuf ans. Puis, à part la Gestalt et la P.N.L., elle s'est formée ou initiée aux principales méthodes modernes de psychothérapie : Analyse Transaccionelle, Re-birth, Clarification, Bioenargie, Repositionnement familial, Art-thérapie...
Elle est également passionée de traditions ésotériques. Master en Astrologie, diplomé de L'Ecole Supérieure d'Astrologie de Paris, elle poursuit aujourd'hui son propre chemin spirituel incluant occidentalisme et orientalisme.